Las diferentes cepas de la bacteria Clostridium botulinum producen siete
formas inmunológicamente distintas de neurotoxina botulínica, cuya denominación
va desde TbA hasta TbG, siendo las más usados para aplicación médica o estética
el tipo A (TbA) y el tipo B (TbB).
Aunque le conozcamos como Bótox®, al producto empleado para paralizar las
arrugas de la frente y ojos, éste no es más que el nombre comercial de la
toxina botulínica tipo A, y que fue dado por los pioneros en su uso: los
laboratorios Allergan, que fueron los primeros en emplearla para fines médicos
tales como tratamiento de estrabismo, espasmos y migrañas, entre otros.
Apareció en el mercado en 1989 para uso terapéutico, pero no fue sino hasta el
2002, cuando la FDA, la aprobó para fines cosméticos.
La versión de la toxina, con fines
meramente estéticos, fue denominada Vistabel (nombre que ha tenido poca
repercusión), seguida por Azzallure distribuida por Laboratorios Galderma, y luego
irrumpe en el mercado Bocouture de Laboratorios Merz. La fórmula de ésta última, presenta un menor
riesgo de reacciones adversas o de formación de resistencias por su ausencia de
proteínas coadyuvantes.
Las diferencias entre una y otra marca
comercial son casi que imperceptibles para el público en general. Estas se
basan más en las técnicas de aplicación e infiltración, que en los efectos.
En el caso específico de la toxina
botulínica tipo B (TbB) es una alternativa a la TbA. También se puede utilizar
para tratar muchas afecciones, en particular las que se presentan con
contracciones musculares involuntarias como la distonía cervical. La TbA habitualmente es el tratamiento que se
utiliza primero en esta afección, pero la toxina botulínica tipo B (TbB) es una
opción alternativa.
Actualmente se emplean con éxito la F y la
C. La F en blefaroespasmo y distonía cervical, y la C en blefaroespasmo.
Dra. Ingrid Rivera
Unimel
#unimel #unimelve #venezuela #dermatología #laser
No hay comentarios:
Publicar un comentario