Un 70% de
nuestro cuerpo está compuesto por agua, encontrándose en gran parte en la piel.
Nuestra
piel, a través de la barrera cutánea, cumple la función de escudo natural para combatir
las agresiones del medio ambiente y regular la pérdida de agua. Es por esta
razón que una buena hidratación es fundamental para mantener la integridad de
la piel.
Debemos
seguir algunas recomendaciones para mantener la barrera cutánea. La adecuada
higiene de la piel, humectación y protegerla de los rayos UV, son factores
decisivos al momento de asegurar la integridad de esta barrera.
Por ende los
detergentes sintéticos ligeros (Syndet), al tener un pH ácido, son más
beneficiosos para la limpieza de la piel. Limpiadores corporales tanto aquellos
que tienen surfactantes, como los que poseen un alto contenido de emolientes,
tan necesarios para mantener la piel lozana y humectada.
En lo
concerniente a limpiadores faciales, los expertos recomiendan aquellos con
“emolientes lípidos”, ya que resulta un excelente aliado para la piel. Por otra
parte, es menester distinguir entre sustancias humectantes e hidratantes.
La sustancia
humectante retiene y atrae agua. Mientras, la hidratante aporta y restaura el
agua de la piel activamente. Para incrementar su efectividad, un buen
tratamiento humectante, debe proveer tanto hidratantes para compensar la
pérdida de la humectación natural, así como también lípidos con la función de rellenar
aquellos espacios perdidos como consecuencia de la alteración de la barrera
cutánea.
Por otra
parte, deben también contemplarse otros hábitos que permitirán aumentar el
rendimiento de los tratamientos tópicos. Se recomiendan baños con agua no muy
caliente y de corta duración. También debe evitarse la fricción con esponjas y
jabones irritantes. Posterior al baño, es indispensable tomar el hábito de
aplicar sobre la piel, y de manera inmediata, crema o aceite hidratante, y así
evitar la evaporización transcutánea de agua como consecuencia del contraste de
temperatura.
Muchas
lociones humectantes deben aplicarse con la piel húmeda, por lo que no debería
utilizarse la toalla en el secado, ya que aumenta la pérdida de los lípidos
intercelulares e impide la reconstitución equilibrada de la piel.
Por otra parte, se recomienda protección solar, ya que se ha demostrado que una mínima dosis de exposición a los rayos UV, es capaz de impedir completamente el proceso de síntesis del factor humectante natural, lo que trae como consecuencia un estrato córneo medio desprovisto de éste. La piel se siente áspera y seca, signos inequívocos de daño a la barrera cutánea.
Dra. Zulay Rivera
Unimel
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