lunes, 3 de febrero de 2020

Probióticos y Prebióticos: ¿Qué son y cómo los incluimos en nuestra alimentación diaria?


Vamos a un supermercado y de repente nos topamos con un alimento, por ejemplo un yogur, en el cual leemos en su etiqueta que “contiene probióticos y prebióticos”, y comenzamos a preguntarnos ¿Qué son?

Los probióticos son microorganismos vivos que se añaden a alimentos o que se presentan por su modo de elaboración en algunos productos alimenticios. Los que se utilizan en mayor frecuencia son los pertenecientes a las especies Lactobacillus y Bifidobacterium. Los primeros son los que más se han empleado para la conservación de alimentos mediante la fermentación, como es el caso de la leche para producir yogur

Se trata de bacterias o levaduras que están presentes en alimentos, medicamentos o suplementos dietéticos.

Al llegar al intestino y, en equipo con las bacterias que allí viven,  mejoran el funcionamiento de este órgano, transformándose en un muro de contención que refuerza el sistema inmunológico.

Por el contrario, los prebióticos no son microorganismos vivos. Son sustancias que tienen como función estimular el crecimiento de los probióticos y las otras bacterias que se encuentran en nuestro organismo como constituyentes de la flora intestinal.

Los más estudiados son dos: la inulina y los fructooligosacáridos (conocidos también como FOS), y pueden aparecer de forma natural en algunos alimentos o ser añadidos por el fabricante para dotar al alimento de características y beneficios mas concretos.

Al unirse, los prebióticos y los probióticos, comienzan a repoblar la flora intestinal y optimizan sus funciones en beneficio de la salud de nuestro organismo.

Somos los que comemos…

Los probióticos se encuentran de forma natural en el yogur, queso y otros productos lácteos, ya que estos micoorganismos vivos son necesarios para la elaboración de este producto.  También en alimentos fermentados e, incluso, en el chocolate oscuro.

Pero si podemos encontrar prebióticos en muchos alimentos naturales, que contribuyen a la expansión de estos microorganismos en el intestino.

Vegetales como la alcachofa, la patata, los espárragos, las legumbres, el cambur y otros, son alimentos funcionales en su forma natural ya que poseen prebióticos, ante lo cual no es necesario adquirir productos elaborados a los cuales se les ha añadido este componente de manera artificial.

Más allá del aporte calórico y nutricional, se hace indispensable saber cómo nos pueden beneficiar los tipos de alimentos que consumimos y su relación con nuestra salud.

¿Cómo añadir prebióticos en nuestra dieta diaria?

  • Incluye ajo, cebollas y ajoporros como base para salsas y aderezos para ensaladas, ya que contienen inulina y fructooligosacaridos que son prebióticos naturales.
  • Incluir legumbres como ingredientes habituales de nuestros platos, que poseen rafinosa y estaquiosa con acción prebiótica.
  • Cocinar la batata con piel o no cocinar en demasía, de esta forma conservamos su fibra indigerible que se comporta como prebiótico en el intestino.
  • Cereales integrales derivados de trigo, avena o cebada, contienen inulina.
  • Añadir espárragos o alcachofas a nuestras recetas para aprovechar sus frutctooligosacaridos o su inulina, respectivamente.
Como podemos ver, hay diferentes formas de obtener prebióticos de alimentos naturales y así, fomentar el desarrollo de probióticos en nuestro intestino que sabemos, benefician la flora de nuestro organismo y su funcionamiento.

Dra. Ingrid Rivera / Unimel

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