Conocemos como Psoriasis (o soriasis), una afectación crónica de la piel, caracterizada por la aparición manchas rojas con escamas de color blanquecino, y que son visualizadas en el cuero cabelludo, los codos y las rodillas. Los que la padecen reportan escozor y calor en la zona afectada.
Esta es ocasionada por la aceleración del ciclo de vida de las células de la piel, ocasionando una rápida acumulación de células ásperas y muertas. En algunos casos, se evidencian ampollas llenas de pus.
Y, aunque parezca extraño, la Psoriasis mejora con la exposición al sol…
Es por ello que el tratamiento con base en rayos UV es eficaz para la mejoría de esa enfermedad, la cual no tiene cura definitiva.
Algunas investigaciones indican que la Psoriasis es una dolencia del sistema inmunológico. Las infecciones, el estrés y hasta un resfriado, pueden ser desencadenantes de la enfermedad. El síntoma más común es un leve sarpullido, que luego puede alcanzar incluso las uñas y articulaciones.
Esta dolencia, requiere de diagnóstico médico. Al iniciar un tratamiento, se tiene como finalidad eliminar las escamas y evitar, a través de la aplicación de tomadas tópicas, medicamentos orales y fototerapia, el crecimiento acelerado de las células cutáneas.
Los parches de psoriasis pueden oscilar entre unas pocas escamas, similares a la caspa, y erupciones importantes, que abarcan grandes áreas. Los signos y síntomas varían de un paciente a otro.
Si bien los signos y síntomas de la psoriasis varían de una persona a otra, los tipos de psoriasis comúnmente se identifican por su aspecto característico.
Luz para mejorar:
A través del paso de los años y con el avance de la ciencia médica, se ha demostrado que las fototerapias son altamente efectivas para la psoriasis y muchas otras enfermedades de la piel. En combinación con otros tratamientos, los resultados muestran una respuesta clínica acelerada.
La psoriasis es la dolencia en la cual se obtienen mejores resultados con el empleo de la luz ultravioleta. Los rayos ultravioleta tipo A y B (UVA y UVB), tiene la propiedad de ralentizar la reproducción del queratinocito y de relajar la actividad de las células inflamatorias.
El número de sesiones dependerá de la gravedad de las lesiones, fenotipo, edad y otras características propias de cada paciente.
Por ello es ideal que las personas que padecen de esta enfermedad, asistan regularmente a su médico especialista, quien es el único facultado para determinar el tratamiento indicado.
Dra. Zulay Rivera / Unimel
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